Sobre el año 1941, Heisenberg, físico alemán famoso por su "principio de incertidumbre", era el responsable del programa nuclear Nazi. No era un tipo de grandes convicciones políticas. Sencillamente trabajaba para su país en aquello en lo que quería trabajar. Sin embargo, ahora estaba considerablemente atascado, puesto que no conseguía calcular la masa crítica de uranio enriquecido necesaria para iniciar la reacción en cadena. Hasta ahora sus estimaciones pasaban por grandes toneladas, lo que haría totalmente inviable su uso bélico.
Sin embargo, un otoño de 1941, Heisenberg viajó de incógnito a Copenhague. ¿La razón? Visitar a su gran maestro y mentor Niels Bohr, padre de la teoría atómica vigente en aquel momento, y reputado físico judío, que en aquel momento vivía recluido en su hogar bajo la ocupación alemana de Dinamarca. ¿Qué ocurrió aquella noche? ¿De qué hablaron Bohr y Heisenberg? Nunca se sabrá, pues todos los que podían dar fe de lo ocurrido, evitaron el tema a lo largo de toda su vida, contradiciéndose unos a otros, y ahora están todos muertos.
¿Pidió Heisenberg a Bohr que le ayudara? ¿Le contó sus avances? ¿Le ofreció protección? Heisenberg se quedó atascado durante años en el mismo punto, algo extraño en un cerebro tan brillante como él ¿Acaso le convención su amigo Bohr de que bloqueara sus investigaciones?
Lo único cierto es que un año más tarde Bohr logró huir con su esposa hacia los Estados Unidos, donde tomo parte activa en el equipo que logró desarrollar la bomba atómica. Su contribución fue decisiva para... ¿sabéis que? Corregir las fórmulas que permitieron establecer la masa crítica necesaria en apenas 50 Kg. Justo aquello en lo que se atascaron los alemanes.
Y quizá, sólo quizá, hace casi 60 años, el futuro de la humanidad se decidió en la salita de estar de una pequeña casita a las afueras de Copenhague, en una misteriosa charla entre dos viejos amigos, que durante un par de horas, cargaron con el peso de la historia sobre sus espaldas. ¿Cómo sería hoy el mundo si Heisenberg hubiera conseguido la bomba? Hoy todo el mundo habla de Normandía, de la resistencia francesa, de churchill, de Roosevelt, de Rommel... Y sin embargo, puede que el futuro de la guerra y de la humanidad, lo decidieran dos personas sin grandes convicciones políticas, dos hombres de ciencia, delante de una taza de te, en una fría noche de otoño en Copenhague.
Para aquellos que queráis más información, podéis descargaros una obra de teatro de Michael Frayn que gira sobre este tema. La clave para abrir el archivo es 1libro+
Es de justicia decir unas palabras en favor del personaje controvertido que es Heisenberg: Al final de la guerra los aliados le encerraron a él y a varios científicos alemanes más en una casa en medio de la nada en Inglaterra, y les sometieron a vigilancia. Pues bien, en su encierro, poco después de conocer la noticia de la bomba sobre Hiroshima, Heisenberg resolvió los famosos cálculos de la masa crítica, lo cual es al menos un indicio que a mi me hace pensar que ya los había conseguido resolver previamente... Ésto dice mucho sobre el talento científico de Heisenberg, y quizás sobre sus no tan tenues ideas políticas.
ResponderEliminarEfectivamente, yo también opino que Heisenberg probablemente había resuelto o podría haberlo hecho esas ecuaciones en cualquier momento, pero desde mi punto de vista, eso no hace más que añadir más misterios al asunto.
ResponderEliminar¿Realmente Heisenberg era Nazi? ¿O era realmente anti-nazi? ¿O quizá su opinión cambió durante la guerra? ¿Tuvo algo que ver esa conversación con Bohr? ¿O quizá sí que era nazi, pero lo suficientemente cabal como para darse cuenta de las proporciones de su descubrimiento?
A decir verdad, puede que en esa conversación en copenhague, no hablasen de cómo resolver esas ecuaciones, porque ya estaba todo el pescado vendido, sino del valor ético de su uso. Y en ese caso, el que tomó la mejor decisión fue el "malo", mientras que el judio bueno, quizá fue el responsable de la muerte de millones. Es, desde luego, uno de los momentos clave de la historia del siglo XX. Y la lectura de la obra que cuyo link os he pasado, realmente lo refleja muy bien. Todas esas dudas, todas esas incertidumbres... es realmente buena.
Perdón, me dejé lo mejor en el tintero...
ResponderEliminarpienso ahora que quizá Heisenberg acababa de resolver esas ecuaciones cuando visitó a Niels Bohr. Se las contó para verificar que eran correctar, y éste, le convenció de su inconveniencia. Y cuando un año después viajó a los EEUU, decició aprovechar los conocimientos del alemán, para inclinar la balanza en favor de los aliados...
Quizá es un poco retorcido... pero desde luego nadie puede negar que es la opción más interesante.
¡Desde luego!
ResponderEliminar