martes, 16 de marzo de 2010

Aprendiendo a conocerme

Tarde o temprano tendría que ocurrir. Hay fantasmas que no huyem porque viven pegados a los propios huesos. Hay fantasmas que arañan, destruyen, confunden, se acantonan en emociones confusas y evitan que la sensatez haga sonar su voz. Esos fantasmas, de vez en cuando te destruyen. Y es cuando estás en lo más bajo, cuando realmente a tu alrededor sólo quedan tus propias cenizas, cuando los ves. Decía Confuncio que uno debe conocerse a sí mismo. El problema es que quizá llegues a odiar la persona que eres. Débil, cobarde, insensata, egoista. Conocerse uno mismo es un arma de doble filo. Quizá compense más vivir según la idea que tienes de tu propia persona, antes que aceptar lo que realmente hay debajo. Y alguien siempre puede decir... conocerte a ti mismo siempre te permite cambiar... pero es tan difícil cambiar...
Hace tiempo que llegué a una conclusión acerca de por qué hago teatro. Y es muy simple. Lo hago porque me gusta verme como me ven los demás. Así de simple, torpe y absurdo. Y para mi nada tiene sentido si no hay nadie que lo vea y lo aprecie. Por eso caigo tan fácilmente en la tentación de la melancolía. Por eso la soledad es tan insoportable.
Se abre un periodo de reflexión profunda. Debo empezar a conocerme a mi mismo. Tengo que encontrar el monstruo de dentro. Tengo que domesticarlo.
El pasaje más hermoso del principito es aquel en el cual conoce al zorro, y éste le pide que le domestique. "Domestícame" "¿Cómo?" "Hoy te sentarás aqui, y yo te miraré desde esos matorrales, te miraré con desconfianza, porque no te conozco. Pero si te sientas en este mismo lugar todos los días, poco a poco me acostumbraré a tu presencia, y llegará un día que me sentaré a tu lado. Entonces podrás acariciarme y jugar conmigo. Entonces me habrás domesticado". (Así es como yo lo recuerdo, pero no es exáctamente así). Tengo que domesticar el miedo.
Voy a hacerlo.

1 comentario:

  1. El miedo te mantiene vivo, consciente, enchufado a la vida, que es un gran salto, donde sin duda alguna al final te das la soberana hostia, y se acaban las emociones. Unos piensan que caen, otros que vuelan (aunque sea hacia abajo)... y otros sencillamente se quedan comiendo y defecando como una bacteria en el culo o donde sea. has pegao un salto no precisamente pequeño, con un par de piruetas por el camino que te deben haber desorientado un poco. Y ahora hete ahí, quiero pensar que parendiendo a aletear. Estoy seguro de que tus plumas (nah, es coña), jum, estoy seguro de que tus alas se harán más fuertes. De hecho ya deben serlo, porque se te escucha aletear, y eso es bueno. Que ese vuelo te lleve alto señor Toledo, y que al pasar algunos digan '¿es un pájaro?' mientras otros digamos 'es Héctor' XD . Un abrazo.

    - Salsoso -

    ResponderEliminar