sábado, 6 de marzo de 2010

Lo de dentro

Son muy frecuentes las noches y las mañanas en las que, sumido aún en ese estado incierto de duermevela, me revuelvo en la cama convencido de estar en mi habitación, en Salamanca. Y sólo cuando abro una rendija los ojos y veo las líneas de luz de la ventana, y siento el espacio de la habitación, me doy cuenta de que no. Sobreviene entonces un breve instante de desconcierto, como de vagabundeo cósmico, hasta que soy capaz de centrar mi mente en mi mismo y darme cuenta de dónde me encuentro realmente.
Ha pasado ya un mes, y me sigue ocurriendo.
Supongo que me sigo sintiendo ajeno a este sitio, a este mundo, a esta situación. Quizá me gustaría que fuera todo un sueño, y por eso al despertar quiero encontrarme en la seguridad de mi cama, desde donde durante muchos años planificaba los días, solucionaba las cosas, tomaba las decisiones. Gobernaba mi vida. Aquí despertarse es un acto inaguantable, una necesidad impuesta por el paso del tiempo que, dia tras día, mantiene intacta su intrascendencia. Paso largas horas por la mañana en la cama, llevando la cuenta de mis errores, no analizando, sino revolcándome en mis miedos, en mis miserias. Atormentándome con los fantasmas que yo mismo he creado.
Me levanto tarde con la esperanza de que los días sean más cortos, aunque las noches se vuelvan eternas. Leo a Wilde, que trata de enseñarme la belleza, la bondad, la necesidad, incluso, del tormento y el dolor. Pero hace tiempo que el romanticismo no me parece más que una hermosa distracción, sin contacto con la realidad. Queda, no obstante, la belleza que transmiten unas palabras escritas en la penumbra de una celda en la Cárcel de Reading, invocando al amor sobre el odio, a la pasión sobre el deseo a la ternura sobre la tristeza. El dolor, dice Wilde, al contrario que la alegría, nunca lleva máscara.
Queda, no obstante, un día, y otro, y otro... y el frugal placer de la melancolía.

1 comentario:

  1. Estamos animados, eh??
    En fin nene, que decirte? Se de lo que eres capaz, así que levanta tu melancólico culo de la cama y tira para adelante, dejando de revolcarte con cosas sin solución.
    Ya se, pensarás : "que fácil decirlo". Sí, efectivamente esta chupado decirlo y hacerlo es una mierda, hay que hacerlo todos los días, aun cuando sientes que no puedes. Pero un día acaba sucediendo sin más y las cosas vuelven a su cauce.
    Pero si te dejas arrastrar por la corriente de la molicie nunca saldras.
    Así que lo dicho: "mueve el puto culo como tu sabes nene!!!"

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