jueves, 26 de agosto de 2010

LSD

Bueno, a estas alturas, todos sabemos que LSD significa Lucy in the Sky with Diamonds. También Dietilamida de ácido Lisérgico. Y es este segundo significado probablemente el más relevante y sin duda el más divertido. ¿O quizá no?
Según publica hoy El País hace unos cuantos años la CIA, en uno de esos divertidos experimentos de control mental tan de modo en los 60, roció un hermoso pueblecito francés con polvo de esta droga, con funestas consecuencias. No voy a entrar en detalles, porque ahí está muy bien explicadito. Sólo me llama la atención la idea de un pueblo entero colocado y teniendo soberbias alucinaciones. 
Hay que tener en cuenta que el LSD, ergotamina que se obtiene de forma semisintética a partir del cornezuelo del centeno, además, provoca distorsión espacio-temporal y sinestesia. Para los menos enterados, mencionar que sus efectos se conocer desde tiempos inmemoriables bajo el nombre de "ergotismo" o fuego de San Antonio, una enfermedad febril asociada al consumo de pan de centeno contaminado con este hongo. Esto era tan frecuente en la edad media que incluso había hospitales (los de la orden de San Antonio) especializados en estas intoxicaciones. ¿Por qué precisamente la orden de San Antonio? La respuesta está en la propia historia del Santo, que se fue al desierto a hacer vida contemplativa, y allí tuvo numerosas visiones en las que demonios y otros seres mitológicos le tentaban.
Como dato curioso, se asocia con bastante frecuencia la poesía mística de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz con el consumo de este producto en pequeñas cantidades. Para muestra un botón:

"Vi a mi lado a un ángel que se hallaba a mi izquierda, en forma humana. Confieso que no estoy acostumbrada a ver tales cosas, excepto en muy raras ocasiones. [...] Llevaba en la mano una larga espada de oro, cuya punta parecía un ascua encendida. Me parecía que por momentos hundía la espada en mi corazón y me traspasaba las entrañas y, cuando sacaba la espada, me parecía que las entrañas se me escapaban con ella y me sentía arder en el más grande amor de Dios. El dolor era tan intenso, que me hacía gemir, pero al mismo tiempo, la dulcedumbre de aquella pena excesiva era tan extraordinaria, que no hubiese yo querido verme libre de ella".
Santa Teresa de Jesús.

Y a lo largo de la historia, ha habido numerosos casos que posteriormente, una vez identificado convenientemente el tóxico y sus efectos, se han relacionado con una posible intoxicación por LSD... Los juicios de Salem, los días del Gran Miedo durante la revolución francesa... Parece también ampliamente aceptado que su uso ritual estaba muy extendido en la Grecia antigua, y no sería insensato pensar en hombres prehistóricos consumiendo harina de centeno contaminada.

Sin embargo lo verdaderamente lamentable es que es un fármaco increíblemente efectivo contra el alcolismo, la migraña crónica, y otras enfermedades, tales como la esquizofrenia. Sin embargo, precisamente el uso desmedido del LSD por parte del movimiento contracultural en los 60 llevó a la administración americana a dar un golpe en la mesa, prohibiéndolo de forma taxativa, en una demostración de fuerza contra los hippies. Una vez más, la política tomaba el poder con las armas de la ignorancia, obviando cualquier tipo de criterio científico.

lunes, 23 de agosto de 2010

Peñalara

Madrid poco a poco se va difuminando y mezclando con el paisaje conforme se avanza hacia el norte por la línea 8, camino de Cercedilla. Las cuatro grandes moles que constituyen el nuevo "skyline" madrileño despiden al feliz dominguero mientras este se adentra en un terreno en el que poco a poco las urbanizaciones van dejando paso a pinares y a un terreno mucho menos antrópico.
Es hora y cuarto hasta Cercedilla, prácticamente el último pueblo de la sierra madrileña antes de pasar hacia Segovia, y allí se toma el llamado "tren de la naturaleza", que formado por tres o cuatro pequeños y antiguos vagones va dibujando meandros montaña arriba, flanqueado por una densa extensión de pinares hasta llegar a Navacerrada primero, y a Cotos después, justo a a entrada del Parque Natural de Peñalara. Esta línea fue construída bajo la iniciativa de un grupo de ricachos aficionados a visitar la Sierra, que costearon la ejecución de la obra entre 1918 y 1923. Actualmente y tras varias remodelaciones, esta línea es la única de vía estrecha gestionada por RENFE, y se alimenta con corriente contínua, lo que lo convierte en una verdadera reliquia.
Tras 40 minutos montaña arriba soportando la ruidosa atmósfera generada por los jubilados y las familias felices con perrito que atestan los vagones, la naturaleza espera al visitante. Peñalara es un entorno tan estrictamente protegido que uno podría sospechar que bajo ese circo glacial tan llamativo, se oculta la mismísima área 51. Al ser un ecosistema de alta montaña, las especies que allí habitan se encuentran bastante aisladas, puesto que para moverse a otro ecosistema similar, tendrian que bajar a cotas de altitud dentro de las que no se verían favorecidas. Si a ello sumamos la cercanía de la estación de ski de Navacerrada, y los 150000 visitantes que el propio parque recibe al año, podremos entender la paranoia que hace a los responsables del parque vallar las lagunas, contratar vigilancia y sembrar la montaña de pequeños carteles advirtiendo lo que no se debe hacer. Todo sea por las "múltiples especies endémicas, raras o amenazadas" que dicen que lo pueblan, aunque el visitante jamás ve (lo que no es extraño; por algo son "raras")
Una vez allí, lo más sensato es alejarse de la zona de entrada y del centro de recepción de visitantes y subir hasta los casi 2000 metros de altura a los que se encuentra el circo glacial y la Laguna Grande, que de Grande tiene bien poco. De hecho sería más apropiado llamarla "Charca Grande", como mucho. Suponemos que se debe a que es verano y está más seca de lo normal. Esta ruta es muy sencilla y apenas tiene 2 kilómetros. Tras una parada táctica, puede merecer la pena volver atras unos metros y tomar la ruta de la Laguna de los pájaros, que nos llevará durante otros 3 kilómetros por un terreno mucho más duro, plagado de subidas y bajadas saltando entre las rocas hasta algunas de las más hermosas praderas de alta montaña que han sido observadas por estos ojos. Cuidado, porque a 2200 metros de altura, el oxígeno empieza a escasear y el sol es implacable.
De vuelta se puede parar el el club de montaña del Parque, antes de tomar de nuevo el tren y volver, volviendo poco a poco a la civilización, al ecosistema de Madrid capital, casi tan hostil, y con incluso menos oxígeno. Más duro si cabe que la alta montaña, sobre todo si vas pensando que al día siguiente es lunes...

viernes, 20 de agosto de 2010

Hepatitis (canción fúnebre)

(Versión Beta)

Te marchaste en primavera, no te he vuelto a ver,
me robaste el corazón; también el DVD.
Te fuiste con un ambiguo "Que te jodan, púdrete",
me dejaste de recuerdo... la hepatitis B.
La hepatitis B.

Ahora en mis hepatocitos, hay juerga a todo tren,
tengo el rostro amarillo, meo de color café.
Siento que algo adentro mío dice que vas a volver.
No sé si es el corazón... o la hepatitis B.
La hepatitis B.

Estribillo:
Y siento que la hepatitis B
es lo mejor que me pudo suceder,
porque tus virus, mal que te pese a ti,
estarán siempre muy dentro ya de mi.

Y entre violentas arcadas que no puedo contener,
me acuerdo de tu cara, me acuerdo de tu piel,
de cuando disimulabas que te acostabas con él,
de cuando me contagiaste, ¡ay!... la hepatitis B.
La hepatitis B.

Aquella noche la luna, brillaba por ti.
Te contaba mis desgracias, no parabas de reir
luego llegaron los besos, las caricias y el beber
de tus labios el veneno... de la hepatitis B.
La hepatitis B.

Estribillo

Y a pesar de que te has ido, yo puedo percibir
como en forma de virus, tu amor florece en mi.
E ingresado e intubado, pero me siento fetén,
pues me siento acompañado... por la hepatitis B
La hepatitis B

Y tal vez sea la fiebre, pero pienso que sí
que igual que yo te siento, tu me debes sentir,
Porque dice mi doctor que en dos semanas moriré
y te estaré esperando... yo te pegué la C.
Yo te pegué la C.

Estribillo.

martes, 17 de agosto de 2010

Utopía, o muerte al pop

"Nunca, cuando se trata de la vida misma que está en juego, hemos hablado tanto de civilización y de cultura. Y hay un extraño paralelismo entre este derrumbe generalizado de la vida, que es la base de la Desmoralización actual, y la preocupación de una cultura que jamás ha coincidido con la vida, y que está hecha para regimentar la vida.
     Antes de llegar a la cultura, considero que el mundo tiene hambre, y que no se preocupa por la cultura, y que artificialmente queremos llevar a la cultura pensamientos que sólo están centrados en el hambre.
     No me parece qué lo más urgente sea defender una cultura cuya existencia jamás ha salvado a un hombre de la preocupación de vivir mejor o de tener hambre, sino extraer de aquello que llamamos cultura las ideas cuya fuerza
viviente es idéntica a la fuerza del hambre.
     Sobre todo tenemos necesidad de vivir y de creer en aquello que nos hace vivir y de creer que alguna cosa que nos hace vivir... y aquello que sale del interior misterioso de nosotros mismos no debe recaer perpetuamente sobre nosotros mismos, en una preocupación groseramente digestiva."

Corría el año 1938, y Antonin Artaud, internado en un manicomio escribía estas palabras. Mientras, en el mundo de fuera, Franco formaba gobierno en España, Alemania invadía Austria ante la una Francia recelosa, pero demasiado débil como para abandonar su comodidad pequeño-burguesa y tomar cartas en el asunto. En EEUU, Action Comics, publicaba Supermán.
El arte, bajo el impulso de las vanguardias se transformaba iniciando un camino que conduciría irremediablemente a la creación, durante los años 60, de la cultura pop.

Pero antes de entrar en el pop, vaya por delante que la cultura es el cemento que une las sociedades, siendo de este modo algo que va más allá del propio arte. Es una concepción de la vida, las relaciones humanas, la economía y la política. Y el arte es el cemento con el que se construye la cultura.
Sin embargo, tras la crisis de representación de los años 20, el mundo del arte empieza a mirarse el ombligo. No hay nada en el mundo que no haya sido retratado artísticamente una y cien veces, así que de nada sirve volver la vista hacia el mundo en busca de inspiración. Y así, el artista empieza a buscar sus referencias dentro del propio arte. Se acuña la idea del arte por el arte. El arte como un fin en si mismo, sin necesidad de una conexión social. Se empieza a crear un arte para los artistas, y no para la humanidad.
Tras el final de la segunda guerra mundial y el nuevo advenimiento del capitalismo burgués, esta idea latente en el arte, toma las riendas y empieza a cimentar la cultura que hoy conocemos como "de masas", que no es otra cosa que el postmodernismo, teniendo en la (sub)cultura pop, uno de sus máximos exponentes. El arte se banaliza, y con él, la cultura, pasando de ser el pilar fundamental que da consistencia a los pueblos, a convertirse en un mero producto de consumo. Y con la banalización de la cultura, la sociedad se banaliza.
Y así estamos, 82 años después, viviendo lo que Artaud ya predijo. Una cultura egoísta, onanista, primermundista, snob, demasiado preocupada de sí misma como para preocuparse de lo que pasa a su alrededor. Y el retorno del pop como movimiento de moda hace en la actualidad que esto sea mucho más patente. Baste escuchar a cualquier cantante del tres al cuarto hablando de sus referencias. Todos mencionarán 57 grupos desconocidos, algún poeta maldito y si acaso algún cineasta. Pero nadie mira a su alrededor.
Es la crisis del arte, que vive tan peleado consigo mismo que sólo es capaz de hablar de sí mismo. El arte sólo sabe hablar de arte, así como el hambre sólo sabe hablar de hambre. Y ni el arte sabe de hambre, ni el hambre sabe de arte. Y la cultura muere. O peor aún, se adormece aborregada en su propio caldo mental, en silencio, a medio camino entre la soberbia indiferencia de unos, y el pánico febril de los otros. Porque sólo cuando la cultura entienda lo que es el hambre habrá cultura y morirá el hambre. Y el hombre dejará de ser animal, para ser, por fin, hombre.
Por ahora, en medio del silencio, sólo queda sitio para el ruido de las bombas.

martes, 10 de agosto de 2010

Minigenes

Decíamos ayer de la existencia de secuencias llamadas LINEs que, presentes en nuestro genoma, aparentemente no cumplían ninguna función. También mencionábamos que realmente esto no es así, y que alguna debían cumplir, ya que si no, no estarían ahí.
Pues bien, las LINEs, al igual que muchos otros elementos génicos fueron llamadas durante mucho tiempo con el desafortunado nombre de ADN basura. Esto es, ADN sin función aparente. En un ser humano, este ADN basura, viene a representar el 95% del total, lo que no deja de ser increíblemente sorprendente si tenemos en cuenta el enorme gasto energético que supone el mantenimiento de todos esos millones de pares de bases para la célula. Se hicieron experimentos en los cuales algunos investigadores llegaron a eliminar más del 1% de estas regiones del genoma de ratones de laboratorio, sin que ello afectara para nada a su viabilidad ni a su calidad de vida, lo que parecía convenir con la teoría de que ese ADN no servía para nada. Sin embargo puede que la naturaleza, quizá no sea sabia, pero desde luego es jodidamente pragmática, y la lógica nos hace suponer que realmente no será una basura y que servirá para algo
Hablábamos ayer de trasposones. Apenas unos años más tarde del reconocimiento de la existencia de éstos, Fire y Mello, en 1993, hablaban del microARN. Éste es una molécula que está codificada en esos "desiertos de ADN" y que con menos de 100 nucleótidos (para que os hagáis una idea, un gen de los más sencillitos puede tener 500 o 600) era capaz de regular la expresión de otros genes. Este descubrimiento les valió poco después el Nobel de medicina, y supuso el principio de un cambio de mentalidad que ha revolucionado el estudio de la genómica en los últimos 15 años. Ya no nos interesan tanto los genes en sí, sino cómo se organizan y sobre todo cómo y cuánto se expresan. Y ahí tienen mucho que decir estas secuencias de genoma aparentemente inútiles.
Muy recientemente se ha descubierto un microgen, o gen enano en Drosophila melanogaster (la mosca del vinagre para los no iniciados), que produce pequeños péptidos (proteínas pequeñas) capaces de regular otros genes. De nuevo esa preciosa palabra... regulación. Enormes cantidades de ADN en la que destacan multitud de pequeños elementos distintos entre sí y que unidos cumplen con ese primordial objetivo que es hacer que un gen en cuestión se exprese correctamente, orquestando una complicadísima, aunque por otra parte armoniosa burocrácia biológica, en la cual, hay un gen que produce algo, y 300 que lo regulan.
Y ahí nace la que, a mi entender es la gran idea de la nueva era de la biología: la vida ya no son genes y proteínas, sino un maravilloso sistema caótico de relaciones, interrelaciones, superrelaciones, relaciones inversas, del derecho, de lrevés y por los lados que tejen matrices altamente complejas de sucesos interconectados entre sí, hasta el punto que el funcionamiento del sistema no depende tanto de los elementos que lo componen (en este caso los genes), como de la forma en que éstos se relacionan entre sí.
Esa misma idea se aplica actualmente a las redes de información, y en numerosos campos de la ciencia, hasta la fecha con pocos avances, pero de gran éxito. Y un poco cada día, nos adentramos en un nuevo, fabuloso e inexplorado paradigma.

lunes, 9 de agosto de 2010

Trasposones y las rarezas de la evolución del genoma

Una de las cosas más interesantes que uno puede encontrarse cuando uno abre un manual de Genética Molecular (que es algo que todo el mundo hace tres o cuatro veces al año cuando menos) es el capítulo que hace referencia a los elementos de trasposición o trasposones.
Éstos fueron descubiertos por Barbara McClintock en 1953, si bien lo novedoso de la idea, unido al hecho de que fuera una mujer la que lo proponía, provocaron el escepticismo generalizado de la comunidad científica. No obstante, 30 años después, fue galardonada con el nobel de medicina.
Pues bien, los trasposones son elementos genéticos móviles presentes en el genoma de todos los organismos vivos, incluyendo, efectivamente, el nuestro. Estos se dedican a estar ahí, tranquilamente sin hacer gran cosa, normalmente en regiones del genoma con función estructural y no codificante. Pero sin duda, lo chachi de estos elementos, es que en un momento dado pueden activarse, escindirse del lugar en el que están, e integrarse en otro punto del genoma, provocando cambios. Dichos cambios podrán ser para mejor, para peor, o indiferentes.  Normalmente son del tercer tipo, pero eventualmente pueden estar implicados en procesos de desarrollo tumoral o participar en procesos de desarrollo de nuevos o mejores genes, incrementando la potencialidad evolutiva del individuo portador.
Ahora bien, ¿cómo llegan semejantes cosas a meterse en el genoma de todas la cosas vivas? La hipótesis comúnmente aceptada viene a postular que son fragmentos de genomas víricos que a lo largo de la historia evolutiva, fueron quedando residualmente en el genoma de las células hospedadoras como consecuencia de infecciones. Fallos en los procesos de replicación vírica, una respuesta defensiva eficaz, mutaciones producidas durante el proceso de infección... todo ello podría haberlo provocado. Su estudio empieza a ser esencial para entender la historia evolutiva.
Recientemente, un estudio ha demostrado que un tipo concreto de estas secuencias, las LINEs (Long Interspected Nuclear Elements), presentes exclusivamente en Eucariotas (células con nucleo, osea, todas menos las bacterias) pueden proceder entre otras, de la familia de los Filovirus, donde encontramos miembros tan ilustres como el virus del Ébola.
Lo realmente curioso es que hasta la fecha, se pensaba que estos virus, así como la mayoría de los virus hemorrágicos eran, por sus mecanismos de acción, relativamente recientes en la historia evolutiva. Sin embargo, estos estudios has permitido establecer correlaciones casi perfectas entre las secuencias LINEs de nuestro genoma y fragmentos del virus. Lo que implica que ni unas ni otros han evolucionado significativamente en todos estos milloncejos de años. Cosa rara teniendo en cuenta que son secuencias poco importantes.
Conclusión lógica: Igual son mucho más importantes de lo que pensamos.
Otros estudios vienen a incidir en los aspectos funcionales de estas secuencias. Por ejemplo, a través de un mecanismo conocido como miRNA, las células pueden detectar genomas víricos y destruirlos antes de que infecten. Se cree que este mecanismo pudo evolucionar a partir de estos elementos. También hay casos de secuencias cuya expresión está regulada por la cercanía de estos elementos. Por no hablar del papel estructural esencial que pueden tener y del que aún no sabemos gran cosa.
Esta es una de esas cosas que no deja de asombrar. Cómo la vida, tarde o temprano, acaba siempre sacando provecho de los problemas, y a partir de una infección vírica, acaba adquiriendo elementos que pueden haber resultado esenciales en el desarrollo de toda la historia evolutiva.

jueves, 5 de agosto de 2010

Bono de transportes

¡Por fin!
Ya tengo el bono de transportes de la comunidad de Madrid, y ahora ya puedo combinar metro, autobús y cercanías a placer, cosa que antes no podía hacer debido a la (estúpida) ausencia de un billete que combinase viajes en cercanías con cualquier otro medio de transporte.
Y así a lo tonto, resulta que me ahorro unos 25 minutos en transportes cada día, lo que vienen a a ser unos 125 a la semana, es decir, unas dos horas de vida, que hasta ahora la Comunidad de Madrid, presidida por la archimalvada Esperancita (¡Presidenta! ¡Presidenta!), me venía robando con su pésima gestión del transporte público.
Y es que Madrid tiene una red de transporte increíblemente buena en cuanto a calidad e infraestructura, pero es un dolor de cabeza para el usuario. Para empezar, como ya he mencionado, es imposible combinar metro y cercanías si no es con el bono mensual. Los bonos de 10 no valen para eso, lo que hace que una persona que va a estar en la capital 15 días (como fue mi caso el mes pasado), tenga que comprar dos abonos y pagar dos billetes si quiere combinar.
A todo esto, el bono de 10 permite ahorrar apenas el 10% del precio del billete, que de ordinario vale 1 euro, y con un bono vale 0,9. Comparado con Barcelona donde valía respectivamente valía 1,10 y 0,75, el margen de ahorro es ridículo.
Por otro lado, está el horario. Abre de 6 de la mañana, con lo que todos aquellos que entramos a trabajar a las 7, o no lo podemos coger (como es mi caso) porque aún no ha empezado, o lo cogen por los pelos. Cierra a la 1 de la mañana. Para compensar, hay una enorme flota de autobuses nocturnos, que cuesta al municipio bastante más dinero, ruido y contaminación que dejar funcionando el metro. En resumen, cerrar el metro por la noche, aparte de ser un inconveniente para miles de usuarios (y no exagero, hay mucha gente movíendose cualquier día a esas horas), es completamente ineficiente. Pero por desgracia parece que eso de dejar abierto el suburbano las 24 horas es una idea que de momento no cala ni en Madrid ni en ninguna ciudad del país.
Por otra parte, y ahí sí que Madrid es un caso que destaca en negativo, ni viernes ni sábados, cuando hay una enoooorme cantidad de usuarios potenciales, se amplian horarios. Igualmente cierra a la 1 de la madrugada, obligando a miles y miles de gentes a tomar los odiosos autobuses nocturnos o (como es más habitual) a sacar el coche.
Y a eso, hay que sumar las perennes obras, modificaciones, huelgas, incidentes , averías o razones ajenas a la empresa que todos los días causan pequeños retrasos, alteraciones de rutas, cierre de estaciones, etc, etc.
En fin, es una lástima, porque por lo demás funciona tan bien, que podría ser sin duda una de las mejores redes de transporte público del mundo. Lástima que los caudillos que mandan aquí, sean tan poco celosos del bienestar de sus ciudadanos.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Siega Verde

El día 1 de Agosto de 2010 la estación arqueológica y el yacimiento rupestre de Siega Verde, sito en el término municipal de Villar de la Yegua, a 17 Kms de Ciudad Rodrigo, fue inscrito por la Unesco dentro de la lista de Patrimonio Mundial, como una ampliación del parque arqueológico del Valle del Côa, en el vecino Portugal.
Aunque casi nadie sabe de siquiera de su existencia, lo cierto es que este enclave constituye el mayor conjunto de arte paleolítico al aire libre de toda la Península ibérica y uno de los mayores de Europa. Fue descubierto en 1988 como se descubren en general estas cosas, por casualidad, por un par de profesores universitarios que estaban haciendo un inventario arqueológico de la provincia y explorando una zona del Águeda un tanto inaccesible, dieron con este espectacular tesoro.
El yacimiento se articula en casi 600 figuras agrupadas en 17 conjuntos y consisten básicamente en relieves rascados en piedra mediante diversas técnicas, algunos de los cuales se aprecian hoy en día aún con una calidad sorprendente, después de casi 20000 años. Hay cérvidos, bóvidos y caballos, aunque también se pueden observar algunos animales ya extintos.
Pero, ¿por qué allí? ¿Qué tenía de especial este lugar? En primer lugar era una zona habitual de paso de animales, siendo el último vado antes de que el río se encajone en las arribes. Cuenta además, en esa zona con rebalses naturales que servían de abrevadero a las manadas. Y donde hay comida, agua, y un calorcito rico en verano, siempre hay hombres. A ello debe sumarse el culto mitológico a los cursos de agua, como una de las fuerzas primarias de la naturaleza. Razón por la cual, este tipo de yacimientos suelen encontrarse siempre muy cercanos a un río, según se teoriza, con el objetivo de encomendarse a los espíritus del agua para que la caza fuera favorable.
 

 Una de las cosas más interesantes que tiene el yacimiento es la representación, en el panel 10 de un caballo con una línea bajo sus patas rellena con barro (que en la imagen no se aprecia), que inspira la línea del agua, como si el caballo emergiera del río. Siendo así, sería el único exponente conocido de representación de un elemento paisajístico durante el paleolítico superior.
Sin duda una de las reflexiones más interesantes que se suscitan al ver estas ¿esculturas?... digamos mejor, grabados. Una de las cosas más interesantes que piensa uno es la tendencia a la abstracción, la conceptualización y el simbolismo que manifiestan, siendo importante unicamente aquello que se desea representar, sin artificios de ningún tipo (salvo por esa misteriosa línea del agua ya mencionada). En muchas ocasiones, para representar un caballo, basta simplemente con una cabeza, con frecuencia no se graban las extremidades. Hay frecuente superposición de figuras... No deja de ser curioso lo mucho que recuerda a, por ejemplo, Picasso (quizá porque precisamente hoy estuve en el Reina Sofía).
Lo de la superposición de figuras no deja de llamarme la atención. Siendo algo común en el arte rupestre, sólo cabe entenderlo como parte de una especie de aura mágica en el proceso creativo. Me explico. Es como si una vez grabado un caballo, por ejemplo, la magia ya estuviera hecha, el objetivo cumplido. Y cumplido el objetivo, podría reutilizarse la misma superficie para una nueva figura, sin importar que sus líneas se crucen con las otras, como si al ser dos conceptos distintos entre sí, por derecho propio, no importara su mezcla, porque en el mundo trascendente de los espíritus, al cual iban dirigidas esas pinturas, aquello seguiría estando separado. Dos toros nunca son "dos toros," son simplemente un toro y otro toro. Es como si un pintor hiciese un añadido sobre un cuadro sin pretender alterar para nada el cuadro, sino simplemente pintar otra obra encima, que no alteraría para nada la anterior. Lo que no deja de ser curioso, porque implica una concepción de la obra que trasciente la realidad. Es decir, lo importante no es la obra en sí (lo material) sino el concepto que ya ha quedado plasmado, digamos, en el plano espiritual. Lo importante no es la obra, sino el propico proceso de creación.
Es un acto de autorrealización del artista: él, la obra, y la esencia que acaba de crear. El resto no importa. La obra caduca tan pronto como se caza el ciervo, y entonces habrá que pintar otro ciervo. No importa cuántos y cuán perfectos se hayan pintado ya. Siempre caducan, porque el arte pertenece a otra esfera de la existencia, y hacia ella trasciende tan pronto como es creado.