domingo, 7 de marzo de 2010

Lo de fuera

(YO y LO DE FUERA vamos en un vagón de tren, sentados el uno frente al otro. YO, con unos 24 años, estoy serio, preocupado. Ella, entre 30 y 40, vestida muy formal, también esta muy seria.)

LO DE FUERA: ¿Es que no sabes sonreír?

YO: (Levanto la cabeza, extrañado) ¿Perdón?

LO DE FUERA: Que si no sabes sonreír.

YO: Ah, sí, claro. (Miro para otro lado, esquivándola)

LO DE FUERA: ¿Y por qué no lo haces? Llevo ya un rato largo aquí contigo y todavía no has sonreído. ¿Por qué? (La ignoro) Quizá deberías tratar de sonreír un poco más a la gente. Estar tan serio no te favorece.

YO: Igual no tengo motivos.

LO DE FUERA: ¡Tonterias! ¿Cuándo ha hecho falta un motivo para una sonrisa?

YO: Oiga, no estoy de humor para esto. Si le sonrío, ¿me dejará tranquilo el resto del viaje?

LO DE FUERA: De acuerdo. (Le dedico una sonrisa forzada). Eso no ha sido una sonrisa, sino una mueca. Y con un desprecio muy mal disimulado. Esa sonrisa no es nada creíble.

YO: Es que no era una sonrisa de verdad.

LO DE FUERA: Qué decepcionante.

YO:Mira, señora, lo toma o lo deja. Es lo mejor que me va a salir.

LO DE FUERA: Pues vaya. ¿Y tú eres actor?

YO: ¿Qué? Oiga, ¿cómo sabe eso?

LO DE FUERA: Bueno, es obvio, ¿no? Sólo soy un producto de tu mente.

YO: Ah. Claro. Sí, eso tiene sentido. Claro. Por supuesto.

LO DE FUERA: En cambio, lo de ser sarcástico te va como anillo al dedo. Pareciera que inventaron el sarcasmo expresamente para ti.

YO: Sí, me lo suelen decir.

LO DE FUERA: Lo sé. Pero ahora que ya están las cosas claras, volvamos al tema. Deberías sonreír más.

YO: Si fueras invención mía, sabrías que no tengo muchas razones para sonreír.

LO DE FUERA: Precisamente porque soy invención tuya, no lo sé. Si yo lo supiera todo de ti esta conversación no tendría sentido. No hay conflicto, no hay diálogo. Así que no puedo saberlo todo de ti, porque no soy tú, sólo la parte que has elegido.

YO: ¿Y qué parte eres?

LO DE FUERA: Lo de fuera.

YO: Qué interesante... (digo, con una falta absoluta de interés)

LO DE FUERA: Mucho menos de lo que aparenta.

YO: ¡Ja! ¡Qué graciosa! Vale, hagamos una prueba. (Me quito las gafas, me froto los ojos y los cierro. Me concentro unos segundos. Cuando los vuelvo a abrir, ella sigue allí, así que exclamo, eufórico) ¡Aha! ¡Sigues aquí!

LO DE FUERA: Eso parece, sí.

YO: Me he estado concentrando en un asiento vacío. Me he convencido de que el asiento de delante estaba vacío. Y sigues ahí. Si fueras un producto de mi imaginación habrías desaparecido.

LO DE FUERA: No seas gilipollas. Formo parte de ti, te guste o no. No puedo desaparecer así como así. Además, tú no quieres que desaparezca.

YO: Oh, ya lo creo.

LO DE FUERA: No quieres que desaparezca, porque ahora que has empezado la historia, no puedes marcharte sin ver de qué va. Adónde te lleva. No quieres que desaparezca, porque no le darías final.

YO: Eso es una tontería. He dejado cientos de historias a medias, sin final

LO DE FUERA: Quizá, pero no esta.

YO: ¿Y por qué no?

LO DE FUERA: Porque es la tuya.

(Silencio)

YO: (Levantándome) Señora, ha sido divertido, pero estoy cansado del juego. Me voy a otro vagón. (Salgo de escena mientras ella se queda allí donde está, sin hacer nada. Al rato vuelvo). De acuerdo. Supongamos que te creo. ¿Qué se supone que tiene que pasar ahora? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo sigue la historia? (Ella se encoge de hombros) Genial...

LO DE FUERA: ¿No acabas de pillar la idea, verdad? Ningún personaje sabe nunca como sigue la historia. Si conocieran su destino, podrían rebelarse contra él. Y entonces la historia nunca acabaría.

YO: Yo no creo en el destino.

LO DE FUERA: Sí, eso sueles decir.

YO: (Con rotundidad) Porque es verdad

LO DE FUERA: (Ríe) No te pongas así, ya te he dicho que sólo conozco de ti la parte que me toca.

YO: Creo en el proceso personal. Un personaje teje su historia de una forma lógica en función de las decisiones que toma.

LO DE FUERA: "Caminante no hay camino..."

YO: "... se hace camino al andar", sí, genial. Mis visiones citan a Machado. Osea, que según tú, debo salir ahí afuera y tomar mi propio camino para trazar mi propia historia.

LO DE FUERA: O para seguir tu destino.

YO: No me jodas, anda.

LO DE FUERA: De acuerdo. Presupongamos libre albedrío. Para trazar tu propia historia.

YO: Vaya, pues qué gran revelación. Me has abierto los ojos. Guau, esta visión ha cambiado mi vida. Después de esto voy a hacerme budista o algo.

LO DE FUERA: El sarcasmo deja de tener gracia cuando abusas de él.

(Suena una voz en off: Propera parada: Barcelona Passeig de Gràcia. Enllaç amb metro, linea ú de rodalies i trenes de midjana distancia)

YO: Bueno ahora sí que me voy. Esta es mi parada. Espero que no piense bajar conmigo.

LO DE FUERA: No. Yo ya te he dicho cuanto debía. Supongo que por el momento, cumplí mi papel en la historia.

YO: Fantástico. (Me acerco a la puerta, dándole la espalda)

LO DE FUERA: Y, en serio, procura sonreír. Estás mucho más guapo. (Yo sacudo la cabeza y sonrío, mirando mi reflejo en el cristal de la puerta) ¿Lo ves? (Me dice, y veo que también sonríe).

1 comentario:

  1. ¿No son 23 años?
    ¡lo del destino también lo he puesto yo en mi obra!
    MOLA, pero ya sabes que yo soy de buen conformar

    besos

    ResponderEliminar