viernes, 5 de marzo de 2010

Por fin un bar

Cataluña no es España. Y no lo es por un argumento de peso: A las 22.00 muchos bares están cerrados o en proceso de cierre. Lamentable, lo sé. Aún les queda un largo camino que recorrer antes de alcanzar la civilización, pero es así. Resulta desolador caminar por la calle y que todo esté cerrado.
En Barcelona capital, esto no es así, suelen cerrar más tarde. Pero aquí en Mollet es francamente descorazonador.
Total, que ahí andábamos, buscando un sitio para alcoholizarnos, desesperados, cuando al fondo de una calle vemos un cartel iluminado. ¡Albricias! Allá nos encaminamos, y a mitad de camino en esa misma calle nos topamos con una cervercería de puta madre, con sus billares, su carta de cervezas... con gente dentro. Por haber, había incluso alguna tía... no voy a decir buena, pero al menos sí potable. Así que ya he encontrado mi lugar. Lamentablemente cierran a las 12 los días de diario, lo que es también muy desolador, pero bueno, no se puede tener todo. Quien haya experimentado la efímera euforia que da encontrar el último bar abierto, sabe a qué me refiero.
Salí con Mabel, que es una abulense que estudió conmigo y que por esas casualidades de la vida, ha acabado haciendo prácticas en el Institut, como yo. Me habría gustado arrastrar a alguien del máster, pero las más animadas, se van a Barcelona, y los que se quedan aquí son unos putos sosos... En fin. No se puede tener todo. Y quien alguna vez haya estado sólo en una ciudad ajena y con ganas de fiesta, sabe a qué me refiero.
Por eso digo que Cataluña no es España. Si fuera españa, los bares abrirían hasta las 3 de la mañana, como poco.
Putos catalanes...
Ains.

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