domingo, 9 de mayo de 2010

El extraordinario caso del pene de cuatro cabezas

Hay cosas en la naturaleza que podríamos considerar "normales". Luego hay cosas raras. Y luego está lo demás.
Por ejemplo, uno puede pensar que una bacteria capaz de vivir en un reactor nuclear a la que se la pela la radiación, es una cosa rara. Uno puede pensar que el ornitorrinco, que es una mezcla entre reptil y mamífero, para más inri, acuático, se pasa un poco de raro.
Y luego está el equidna. Aparentemente semejante a un puercoespín, es el otro tipo de monotrema que sobrevive en la actualidad junto al ya mencionado ornitorrinco, y al igual que su colega, tiene una mezcla de atributos que ríase usted de un hipogrifo.
Para empezar, el nombre está sacado de un monstruo que según la mitología griega custodiaba la cueva de Medusa, lo que ya de entrada inspira poca confianza. Luego te enteras de que es un marsupial temporalmente. Es decir, sólo desarrolla marsupio cuando se reproduce. Por supuesto, pone huevos y amamanta a sus crias pese a carecer (como el ornitorrinco) de pezones. Secreta la leche (una especie de crema densa que la cría engulle con el pico) a través de la piel. Pero lo más fascinante de todo su descomunal y extravagante pene.

El pene del equina, que sólo es usado para la reproducción (orinan por una cloaca como los reptiles), se mantiene retraído durante la mayor parte del tiempo, pero cuando llega el momento de la cópula, esta mezcla entre peluca ochentera y oso hormiguero despliega un atroz apéndice muscular de aproximadamente 1/4 de su tamaño (no está mal si pensamos que miden 50 cms) tetracéfalo. Sí, sé que cuesta imaginarlo, y por eso he adjuntado la siguiente foto:
Sí, lo sé, es increíble, pero cierto. Aparentemente, durante la cópula sólo las dos cabezas de arriba se hinchan y son funcionales, mientras que las dos laterales se retraen y se desconoce su función.
Este tipo de pene bicéfalo es típico de muchos reptiles, y su origen biológico parece residir en el hecho de que las hembras son bastante promiscuas, lo que hace que el equidna tenga que guardar siempre una bala en la recámara. Así, cada vez que copula, eyacula con una cabeza diferente, dejando siempre la otra preparada por si en cualquier momento apareciera una segunda hembra con la que aparearse (el macho equidna es, por naturaleza, un animal optimista).
Este insólito hecho, hace del equidna sin duda alguna el más bizarro animal que holla la faz de la tierra. Aunque si tenemos en cuenta que vive en Australia, un país que se quedó encerrado en el baño mientras repartían la fauna, y se tuvo que quedar con los stocks excedentes... pues la cosa quizá no sorprende tanto.
Hasta la fecha nadie a preguntado a la hembra del equidna qué tal es el sexo con semejante aparato, que parece salido de un sex-shop para freaks, pero si tenemos en cuenta que en una hora puede llegar a aparear con hasta 10 machos seguidos, la respuesta probablemente sea muy positiva.
Lo verdaderamente llamativo de el hecho es que se descubrió hace relativamente poco tiempo, cuando en un zoo en Nueva Guinea (creo recordar), durante una exhibición con el animal, a las 12 de la mañana, con los papás y los niños, al animalico le dio por ponerse palote. Imagínense el percal, los niños diciendo... "Mama, ¿qué es eso rojo que le sale?". Los chillidos horrorizados de las madres, los desmayos de las abuelas, el estupor del cuidador, el friki de turno grabando con el móvil... En fin, un carajal.
Sin embargo, más allá de lo gracioso del asunto, este hecho aporta una nueva prueba para reconstruir la evolución de los mamíferos primitivos a partir de los reptiles, en los que ya hemos dicho que esto es bastante común. Para muestra un botón:
Y ahora que ya me odiais por poner estas guarradas en el blog, me despido cordialmente y tan en estado de shock como vosotros.
Un abrazo.

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