jueves, 1 de julio de 2010

Primer día de curroooooorrll

Madrid en huelga y yo con estos pelos.
Eso es exáctamente (no miento) lo que pensé esta mañana al levantarme, hace ya tantas horas... Eran las 5.45 de la mañana. Total que camino a toda leche hasta Atocha, cojo el cercanías y entre pitos y flautas, me dan las 7 de la mañana y todavía no he llegado a San Sebastián de los Reyes, sede de mi benemérita empresa de acogida. Allí cojo un autobús, me soplan un leuro más, y entre pitos y flautas (y ya van siendo muchos pitos y muchas flautas) me dan las 7.15. Total, que llego, y me pierdo, porque la dirección que me dieron estaba mal, y porque esto está metido en un hoyo, al abrigo de miradas indiscretas. Así que en medio de un sindiós de pitos y flautas (y eso que lo del orgullo gay no es hasta pasado mañana) llego.
Llego a un zulo donde no penetra el sol (no en vano, el edificio es, técnicamente un almacén. Y allí me reciben, con amabilidad y bastante estrés, pues un pedido urgente les obliga a hacer hoy algo que no hacen normalmente y se respira esa tensión típica que se genera cuando a alguien le rompen los esquemas. Total, que me pongo de cocinillas a mezclar una serie de ingredientes para fabricar un gel nasal (sea eso lo que quiera dios que sea). Dicho gel nasal contenía cantidades atroces de... ¡mentol! Oh, sí. Imaginad una sala a 30 grados y con una concentración de mentol en el aire, que habría sido capaz de despejarle la nariz al mismísimo Cyrano. Total, que mis ojos empiezan a lagrimear, mi nariz a estornudar y a los 10 minutos tengo que pedir una mascarilla y un pequeño receso.
Bueno, avanza la mañana. Desayunamos. Descubro que la nave de al lado (producción), está llena de mujeres en edad de merecer, mientras que en la mía, sólo estamos 3 tios. Muy triste, amigos.
Al cabo de unas horas metemos los casi 100 kilos de producto que hemos preparado en dos grandes cubos y los embalamos como si fueran material nuclear. No es broma, tardamos como 1 hora en hacerlo.
Luego... sembrar, sembrar y sembrar.
Pero bueno, a pesar de las visicitudes, la impresión ha sido esencialmente positiva. Veremos qué tal mañana. De momento las previsiones auguran un diluvio de pitos, flautas, e incluso se especula que pueda haber hasta clarinetes.
A pasarlo bien.

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